Tomar la decisión de vivir y estudiar lejos del hogar no es tarea fácil, tener que alejarnos de la familia, llegar a un lugar desconocido y pasar por todo un proceso de adaptación puede asustarnos un poco. Si eso es lo que nos limita, una solución es escoger una habitación dúplex en residencia universitaria porque la compañía de otra persona que atraviese esta misma situación nos da valentía, y al cabo de los años hasta se convierte en nuestra familia.
Si sois del primer año o estáis de Erasmus ambas cosas implican empezar de cero, y qué mejor forma de hacerlo que acompañado. Así que el primer consejo a la hora de elegir una habitación compartida es asegurarse de que la otra persona esté más o menos al mismo nivel que tú. De esta manera ambos vais poniendo en práctica ciertos valores que se desarrollan más cuando se vive solo, como la tolerancia, la convivencia y la limpieza.
Ventajas de habitaciones dúplex
- Los precios son más asequibles, de cierta forma es un gasto compartido y no estaría nada mal para el bolsillo.
- Ahorras tiempo en las tareas, pues si necesita ordenar la habitación dos personas lo hacen más rápido que una.
- Es más divertido. Al final del día sabemos que hay alguien con quien compartir nuestra experiencia, dar y recibir apoyo mutuamente.
La universidad no es sólo para alimentar el intelecto sino también para aprender a vivir, compartir, ser responsable ya que todas las decisiones están en nuestras manos. Es un tiempo que hay que aprovechar, por eso debemos escoger un lugar donde estemos a gusto, casi como en casa. Después de todo, al pasar tanto tiempo en un mismo sitio todas las personas que nos rodean poco a poco se convierten en parte de nuestra familia.